Lo mejor del Planeta Extraño

PODRIAN LOS DINOSAURIOS AVANZADOS GOBERNAR OTROS PLANETAS?/COULD ADVANCED DINOSAURS RULE OTHER PLANETS?

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  From The American Chemical Society Traducción Eduardo Ink (Loxley) Los T-Rex gobernando los mundos? Una nueva investigación científica plantea la posibilidad de que versiones avanzadas de T.rex y otros dinosaurios, criaturas monstruosas con la inteligencia y la astucia de los humanos, puedan ser las formas de vida que evolucionaron en otros planetas del universo. “Sería mejor que no los cumpliéramos”, concluye el estudio, que aparece en el Journal of the American Chemical Society.

¿Quién gobernará Marte cuando consigamos establecer una colonia allí?

 La pregunta del millón...China, Arabia,India,Estados Unidos....cuando se establezca una colonia humana (será según Elon Musk para el 2025), quien se vá a atribuir el derecho de "gobernar" el planeta?....

El blog Xataka publica un muy interesante artículo del cual sólo vamos a extraer lo que consideramos más relevante.

Conseguir que el ser humano pise Marte. Éste es el gran objetivo que se plantean las principales agencias espaciales a nivel mundial. NASA está en ello, aunque todavía sin un plan ni unas fechas definitivas definidas (lo que les ha traído bastantes críticas) e incluso el objetivo de conseguirlo en la década de 2030 ya parece demasiado difícil. La ESA europea barajaba fechas similares para su misión Aurora, pero han acabado apuntando más lejos. Mientras, China y Rusia tampoco quieren quedarse fuera y siguen siendo de los más optimistas.

A esto hay que sumar otros planes de algunas compañías. Elon Musk ha anunciado que la primera misión tripulada a Marte de SpaceX podría ser en 2024 "si hay suerte" o "seguramente" en 2026, y otras empresas también buscan la forma de explotar los recursos del planeta. Todo el mundo (que se lo puede permitir, claro) ha puesto los ojos en el planeta rojo, pero ¿a quién pertenece éste? Una vez estemos allí, ¿qué ley estará vigente? ¿Quién gobernará Marte?

¿A quién pertenece Marte?

Seguro que en tu mente tienes la imagen de los astronautas del Apolo 11 fijando, con bastantes dificultades eso sí, una bandera de Estados Unidos


sobre la superficie de la Luna. Este patriótico gesto no deja de ser eso, un gesto, que no tiene validez legal. El ser los primeros en llegar y plantar una bandera de su país no significa que la Luna pase a ser territorio estadounidense. ¿Por qué?

En 1967, en plena carrera espacial entre Estados Unidos y la Unión Soviética, los principales países del mundo (incluyéndoles a ellos, a lo que es ahora Europa, a Japón y a China, entre otros) firmaban en la ONU el Tratado sobre el espacio ultraterrestre (Outer Space Treaty), una primera aproximación a una legislación internacional pensada para estar vigente en el espacio. En la actualidad, 110 países forman parte de él y no es simple papeleo: él fue la razón de que el Curiosity Rover no pudiera tomar muestras de lo que se cree que son restos de agua salada en Marte.


El artículo II de dicho tratado es tajante en lo que respecta a la soberanía de los planetas: ningún país puede reclamarlos como suyos.

Artículo II: El espacio ultraterrestre, incluso la Luna y otros cuerpos celestes, no podrá ser objeto de apropiación nacional por reivindicación de soberanía, uso u ocupación, ni de ninguna otra manera.

Sin embargo, el hecho de que este punto haga referencia a que sean las naciones las que no se puedan "apropiar" de cuerpos celestes, ha dado vía libre a otras interpretaciones que aseguran que otros colectivos, como individuos o empresas, sí pueden hacerlo. En España hemos tenido un caso: Ángeles Durán se proclamó a sí misma dueña del sol y luego se dedicó a vender parcelas en eBay, aunque el sitio web no tardó en cerrar las subastas. A nivel internacional, también ha habido gente que ha reclamado la propiedad de la Luna y de otros planetas.

Signing Os Treaty Un PhotoImagen de la firma del Tratado. Fuente: UN

Aunque el tratado, con la ambigua redacción del artículo II, da pie a que exista este pequeño resquicio legal, esto no significa que las reclamaciones sean válidas. Es más, en él se establece que cualquier actividad que realice una empresa o particular de un país tiene que tener el visto bueno de éste. Según dice el Artículo VI:

Artículo VI: Los Estados Partes en el Tratado serán responsables internacionalmente de las actividades nacionales que realicen en el espacio ultraterrestre, incluso la Luna y otros cuerpos celestes, los organismos gubernamentales o las entidades no gubernamentales, y deberán asegurar que dichas actividades se efectúen en conformidad con las disposiciones del presente Tratado. Las actividades de las entidades no gubernamentales en el espacio ultraterrestre, incluso la Luna y otros cuerpos celestes, deberán ser autorizadas y fiscalizadas constantemente por el pertinente Estado Parte en el Tratado. Cuando se trate de actividades que realiza en el espacio ultraterrestre, incluso la Luna y otros cuerpos celestes, una organización internacional, la responsable en cuanto al presente Tratado corresponderá a esa organización internacional y a los Estados Partes en el Tratado que pertenecen a ella.

 Virgiliu Pop, también experto en derecho espacial y autor del libro 'Who owns the moon?'explicaba así lo ridículo que es que alguien se autoproclame dueño de un planeta: "Reclamar no significa poseer: yo puedo reclamar ser el novio de Angelina Jolie. Una reinvidicación es simplemente eso, nada más. El registrar una reivindicación no certifica nada más que que se ha hecho". En otra entrevista, Pop aseguraba además que la reclamación de la española "propietaria del sol" no tenía sentido porque: España no tiene jurisdicción sobre el sol, para reclamar la propiedad de algo tienes que haber ido a ese sitio y ya había gente que se había proclamado dueño del sol en el pasado.


En resumen: ni países ni individuos pueden reclamar en propiedad un planeta o un fragmento de él, según opinan los principales expertos en derecho espacial. Aunque parece que el Tratado sobre el espacio ultraterrestre deja a libre interpretación las reclamaciones de ciudadanos particulares y empresas, sí que hace responsables a los Estados de las actividades de sus ciudadanos y compañías, y no es probable que una reclamación de propiedad se sostenga y sea tomada en serio.

A modo de curiosidad, un ciudadano estadounidense se declaró dueño del asteroide 433 Eros. Cuando la NASA aterrizó sobre él, el supuesto "propietario" envió una multa de 20 dólares a la organización por aparcar allí ilegalmente. La NASA se negó y el asunto fue a juicio, con el juez desestimando el caso al considerar que que el demandante no tenía forma de demostrar que era el propietario.

Quién gobernará Marte?

A la vista de lo que hemos comentado, es difícil responder a esta pregunta. Los objetos concretos pertenecen a los países que los mandan y, dentro de ellos, se mantiene su jurisdicción. Pero en Marte, entendiendo como tal todo el planeta e incluyendo zonas que se quedarían fuera de habitáculos y vehículos, tendrían que cumplir las leyes establecidas por el derecho internacional.

Existen otras propuestas, claro. Jacob Haqq-Misra, investigador del Blue Marble Space Institute of Science, propone que, nada más los seres humanos se establezcan en Marte, estos consigan total independencia de la Tierra desde el principio. Según su propuesta, los seres humanos de Marte tendrían nacionalidad marciana y las actividades que allí se desarrollan no podrían estar interferidas por los humanos de la Tierra. ¿Por qué? Lo explica así:


"Liberando Marte de acuerdo a estas condiciones, el planeta rojo se convierte en accesible por la humanidad para el desarrollo de una nueva civilización pero se evita que sea controlado por los grupos existentes en la Tierra"


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